Sistema eficiente para el tutorado de hortalizas con ortomallas.

En los últimos años el uso de las ortomallas en la agricultura ha despertado el interés de muchos productores, puesto que ha resultado la técnica más efectiva para entutorar hortalizas y flores. Con la malla espaldera o malla tutora se ha logrado disminuir el uso de herramientas como palos o estacas e hilos de rafia que según estudios no resultan siempre ser eficaz en diversos cultivos.

Las ortomallas o mallas espalderas por su forma de red disminuye la infestación de organismos que causan enfermedades en las plantas conocidos comúnmente como fitopatógenos, grupo en el que se incluyen a los virus, hongos, bacterias y nematodos presentes en los suelos de cultivo y logran ser transportados de planta en planta por el viento, por microorganismos o simplemente por la manipulación del propio ser humano. Por este mismo motivo, cuando se usan ortomallas se evita la manipulación que requiere aplicar un hilo de rafia o un palo por planta que puede provocar estrés mecánico que puede conducir la muerte de la planta.

Otro gran beneficio que brinda la malla tutorada es que se puede aplicar de diferentes maneras y en distintos espacios por ejemplo, esta puede estar de manera vertical, horizontal, doble malla, en invernadero o en campo abierto; proporcionando el espacio necesario que requiere cada planta para el aprovechamiento de aire, luz y calor los cuales son factores que nos aseguraran una rápida floración y fructificación.

 

A diferencia del uso del hilo de rafia, la malla espaldera es reutilizable.

 

Está red de polipropileno también facilita la manipulación de la planta porque presenta cuadros de 25 x 25 centímetros que permite trabajar la poda de tallos y hojas, la cual no se ve afectado nuestro cultivo tutoreado en caso de un corte accidental al estar podando.

 

 

Hoy en día las ortomallas han resultado ser adecuadas para el envarado de cultivos como pepino, melón, pimientos, tomate, calabazas y muchas más hortalizas, que tienen un valor importante en el mercado agrícola. En el caso de las cucurbitáceas este tipo de soporte es ideal pues solo es necesario montar la malla cerca del cultivo. Una vez que esta haya germinado la planta misma comenzará a buscar el sostén más cercano para enredarse. Caso contrario que sucede con las solanáceas, donde el tallo siempre trata de mantenerse erguido, pero una vez que nace el fruto, este comienza a doblarse si no cuenta con un soporte de hortalizas adecuando. Además, el propio cuadro de la malla funciona como sostén a los racimos cargados de fruto, donde a diferencia de la rafia esta red no ahorca los pedúnculos y permite el continuo transporte de nutrientes.

Finalmente en el tutoreo de plantas donde lo que se busca colectar son las flores, las ortomallas aplicadas de manera horizontal han sido muy útiles para los floricultores, donde estas le brinda a cada una de las plantas un espacio y soporte adecuado con la finalidad de que no sufran daños en sus hojas y flores.